Los equipos pasan por diferentes etapas hasta conseguir su normalización. Para que éstos sean efectivos, el líder debe poder desarrollar valores específicos y aspectos clave como confianza, objetivos comunes, sentido de pertenencia, motivación y comunicación efectiva. Se analizan las características personales y se proponen actividades y tareas dirigidas que fomenten el mejor entendimiento y la sinergia en el trabajo. Nos enfocamos en el aprovechamiento de la diversidad, desarrollar la empatía, la escucha activa, asignación de roles y contribución a los objetivos.